23/11/10

Circular número 1

Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol
en verano
y se calla.

– Preámbulo a un silencio, de Ángel González



Se ruega a los señores propietarios
de sueños y decepciones
paguen su tributo a la comunidad.
Renuncien a los deseos,
adornen las zonas comunes, barnicen su máscara.
No metan ruido (que se despierta el resto
de su letargo moral).

Se aconseja a los moradores
cierren las ventanas:
la luz quema los muebles, la madera palidece, y los ahorros
-lo más importante- se resienten.

Se invita a los vecinos a compartir sus víveres - sus vivencias-
A morder las sombras del prójimo. Ordenen su pasado,
quizá les ayude más adelante
para alimentarse. Algo que echar a la boca.

Se recomienda a las señoras propietarias detengan ese tren
del far west: compromete la tranquilidad, traquetea, consume.
Desgasta vuestra salud.
Se pide a los niños pinchen las pelotas y
aprendan a volar cometas en el portal.

Se obliga a las personas que habitan las ruinas
purguen toda esperanza si aún la albergan.
Se prohibe el uso discriminado de la razón,
se niega el derecho a existir, a pisar las escaleras
recién pintadas. Lean las circulares diarias.
La soledad se lo recomienda.

Para cualquier duda llámenos
si así se siente útil.
No se asuste si nadie le responde.

Posdata: Pensé que ya lo sabían.

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