Enredado
como la hiedra al árbol muerto
que ahoga los últimos brotes
en la penúltima primavera.
Encerrado
en los párpados del tiempo
me cuelgo en la nada
y espero.
Dibujado
con palabras del
reverso
en monedas ya apartadas.
Así.
Así trepo
por tus venas,
de la tierra a los ojos,
salgo en un hilo de voz
para decirte
que ese
no soy yo.
Y desaparezo.
2 comentarios:
¡Qué hermoso! Casi metafísico. Aunque no sé si lo pretendías.
Antes lo hablaba con una amiga. Yo escribo y a vaeces encuentro en lo que he escrito significados encerrados incoscientemente. Es más, no sé poner etiquetas, eso les corresponde a otros. A veces ese trabajo de colgar conceptos es clarificador.
;)
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