13/4/16

Volar sobre la tierra

A las siete y media de la mañana, la mujer más rápida sobre la Tierra tiene prisa. Shelly-Ann Fraser-Pryce se ha rapado la cabeza y la cubre con un gorro de lana. En unos meses, cuando luzca las flores amarillas con las que suele tocarse el cabello, quizá se encuentre consiguiendo algo nunca visto: una corredora que gana en tres Olimpíadas consecutivas la medalla de oro en los 100 metros planos.

Después de dos semanas de descanso, Shelly ha vuelto a los entrenamientos en la cancha de atletismo de la Universidad de Tecnología de Jamaica (Utech), donde entrena el mvp Track & Field Club, equipo al que también pertenecen estrellas como Nesta Carter –9,78 segundos, el décimo mejor registro de la historia en 100 metros–, Elaine Thompson –medalla de plata en los 200 metros en el Mundial de 2015– y la prometedora Stephanie McPherson –espigada especialista en 400 metros planos–.

El césped sigue erguido y verde, pero en unas semanas las lluvias y las veloces pisadas dejarán al descubierto la tierra marrón de esta isla caribeña. “Este año no conseguí todos mis objetivos”, explica Fraser-Pryce, “pero casi todos”. Y ese “casi todos” incluye la medalla de oro en Beijing. 

Shelly es una mujer pequeña –mide 1,52– y solitaria: entrena rodeada de compañeros, pero apenas interactúa con alguien. Incluso, a la hora de hacer los últimos estiramientos, se aleja hacia un extremo, donde la mirada de su entrenador apenas la alcanza. Solo al final de su faena hace amagos de saludar a uno que otro corredor del club. A los 28 años, asume la disciplina y el sacrificio como parte esencial del atletismo. “Todos los años surgen nuevos desafíos y hay que correr más rápido. Más que un trabajo, esta es una pasión, algo que realmente amo”, cuenta tras el final del entrenamiento. 

Jamaica es una fábrica peculiar de velocistas. Desde su infancia, la mujer más rápida del mundo entró en un estructurado sistema de preparación cuyo recorrido garantiza el éxito. Shelly, que se graduó en psicología, llegó al MVP Club tras haber pasado por ese proceso que atraviesa la vida estudiantil de los atletas jamaiquinos desde sus inicios. De hecho, en sus primeros no era la mejor en su categoría.

“En 2006, cuando ella llegó a este club y a la universidad, tenía 19 años y su mejor marca era de 11,77. Dos años más tarde ganó los Olímpicos con una marca de 10,78”, afirma Paul Francis, director deportivo del club. De los 130 atletas con los que cuenta el MVP, quince hicieron parte del equipo nacional en la pasada temporada. 

Hablamos con Paul Francis en un despacho repleto de cajas de material deportivo Nike. “Es la firma que patrocina al equipo”, aclara señalando el logo en su camiseta, mientras indaga en las razones del éxito: “La gente se pregunta cuál es el secreto del atletismo en Jamaica. Pero creo que nadie ha llegado a ninguna conclusión. Yo creo que buena parte del éxito de este club se debe a Stephen Francis, quien creó un sistema de desarrollo de velocistas”.

Stephen es su hermano y quien en 1999 fundó el MVP, un club vinculado a la Utech, cuyo modelo incluye, por partes iguales, entrenamiento y estudios. “Si te fijas en Usain Bolt, él no alcanzó su dominio a los 21 años, cuando ganó sus primeros Olímpicos. Él tiene récords desde las categorías de 15 y 16 años. Ese progreso ha sido natural”, explica el director deportivo.

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(el reportaje sigue en el número de marzo de El Malpensante.





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