5/6/11

Versos nocturnos

Pasan las cuatro y media de la mañana, y el rastro de la mejor amistad aún permanece en mi casa. Entre la tarde y la posmadrugada, enredé en la elaboración de una "casa de catorce tablas".

Me caigo del sueño. Buenas noches.


Me muerde las entrañas y me mata
me quema las miradas más sinceras
gana a un ejército de primaveras
alimenta un futuro que arrebata.

Un contrario deseo me delata,
y mis venas floreciendo postreras
cuando el último sueño que veneras
la imagen del presente aún no acata.

Recuerdos del pasado en el reverso
de unos ojos – ¡qué espejo de tu gloria!-
con zarpazos en lugar de destellos.

Mil besos han poblado el universo
tallado a golpes de nuestra memoria
para bajar del cielo a tus cabellos.

1 comentario:

Yeamon Kemp dijo...

Este soneto se sale.