21/1/13

¡Hola, Habana!

“Así que vienes a trabajar a Cuba, Diego. Bienvenido”, me dice quien me estampa un sello en el pasaporte. “¿Está bien de salud?, ¿a qué viene a Cuba?. Un placer recibirle”, me dirige una mujer en un segundo filtro, esta vez, sanitario. “¿Para cuánto tiempo viene? ¿Por qué tanto equipaje? Adelante”, me suelta una tercera persona al ver mi biclicleta encima de las maletas y mis ojos de sueño. Aún no he salido del aeropuerto.

Uno está acostumbrado a guardias de malos modales que te examinan con desconfianza y te interrogan, te semidesnudan y te someten a un bombardeo de preguntas afiladas (¡hola Israel!), a caras pasivas y fronteras poco amigas. Nada de eso sucede al pisar un país, Cuba, que te acuna nada más poner pie en tierra.

Me gustan los primeros fogonazos. Al preparar mi maleta, la llené de camisas y calzado ligero, y pasé del invierno de Madrid al invierno caribeño (tipo verano cántabro, en sus mejores versiones) aún sin sudar pero con ese temor siempre acechando al otro lado de la piel. Ahora compruebo que acerté en mis provisiones, que el azar me trajo a un lugar apacible y que mis pasos, y mis noches, y mis libros, y mis kilómetros, y mis exámenes, y mi todo, deambularán en otro mundo, quizá en otra época (¡ay!, qué tiempos en los que uno mataba el tiempo sin un ordenador).

Hoy vine a trabajar en almendrón. Después, desde el Parque Central de Habana Vieja enfilé la calle Obispo hasta llegar aquí, caminando temprano, en paz: nada de corbatas pegadas al teléfono móvil ni hombres con traje gris. Más que por razones profesionales, me vivo, he venido a Cuba por motivos personales. Aquí estamos, pues.

6 comentarios:

Yeamon Kemp dijo...

A pesar de la vuelta a otras épocas, de la segura tranquilidad y de que en algún rincón de la isla confío en que te encontrarás a ti mismo; desde el otro lado del Atlántico se agradecerán crónicas, anécdotas e incluso sonetos.

Disfrute vuacé.

Lorealsc dijo...

Me hizo ilusión leer unas líneas tuyas y ver que la isla te ha recibido con los brazos abiertos. Sigue observando y escribiendo. Un abrazo. Lolailo.

Fe r dijo...

Por favor, si podés y te apetece, andá a la playa y escribí sobre el mar de Cuba. ¡Uy, te lo pidé en porteño...! Bueno, ya fue, como decimos acá.

Un beso grande, viajero existencial!

Unknown dijo...

¡Hey! Genial saber de ti vía blog, ya me confirmaron por teléfono que habías llegado y todo ok, pero más allá de eso, seguimos al otro lado del ordenador esperando tus publicaciones.

¡Besos y a vivir la vida!

V dijo...

Te envidio, Diego. Sólo escuché buenas palabras a cerca de Cuba y de su gentes.

Te envidio, Diego. Y te envidio mucho.

Un besazo.

Alquiler de impresoras. dijo...

Excelente blog el que has conformado.