Parejas enroscadas encima
del muro, amigos alrededor de una guitarra, botellas de ron siempre llenas,
chicas que solicitan compañía, pescadores esperando que el hilo se tense,
vendedores de palomitas, cortinas de agua que sepultan la acera, mariachis que
ofrecen sus servicios, coches averiados sin intermitentes que dar, corredores
extenuados que arrastran los pies, saxofones desafinados, humo negro serpenteando al cielo, lloros, policías con
silbatos, alcantarillas oxidadas, gritos ajenos y propios, perros ladrando,
motos eléctricas, suelos destrozado, vendedores de manís y palomitas,
crepúsculos de oro y amaneceres con resaca, “ven aquí” y “escúchame”, risas, algún
cormorán, los hoteles Nacional y Riviera, cortes de luz.
Y muchas cosas más.
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