17/2/15

Los finales

Estar cansado tiene plumas.
Luis Cernuda


Los finales –todos los finales– acaban con una canción. Vacié la casa y los recuerdos, me eché a la espalda alguna promesa y bajé las escaleras como quien sube al cielo: viejo y cansado. Pero podría decirse que resucité y, después de la primera palada, volví a echar tierra encima del muerto, que aún estaba fresco.

En todos los finales se oye una música que rara vez uno escucha. Rumias las cosas, te rumias a ti, rumias los años que vienen y los que se fueron. También rumias, ya con la mandíbula desgastada, muchas más cosas que ahora, arrugado, tampoco acierto a decir.

Pero recuerdo que súbitamente comencé a escuchar: “Pasan los días,/ pasan las horas,/ pasan los momentos de las auroras,/ pasa el silencio/ de un buen comienzo …”. Me puse en pie. Y entonces quise quedarme así para siempre.


Pasan.

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