Teníamos que
estudiar y de algún modo teníamos que pensar, así que se me ocurrió que
podríamos pasar una semana rodeados de pinos y nogales desnudos, aunque al
final nos rodeó la nieve y pasamos un frío del carajo. Y en realidad ni
estudiamos tanto ni pensamos tanto, aunque bajamos a la ciudad a dar un garbeo
cuando la nieve nos dejó salir. Del retiro salieron planes y risas, bromas y
algún lamento mientras los troncos se consumían lentamente y nosotros
resurgíamos del invierno.
1 comentario:
¡Qué buen retiro!
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