6/8/16

En el sur empezó todo

La segregación en Stamps era tan completa que la mayoría de los niños negros no tenían pero lo que se dice la menor idea sobre el aspecto de los blancos. Solo sabían que eran diferentes y les inspiraban temor.

– Maya Angelou, Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado



En algunas casas del sur de Estados Unidos baila al viento la bandera de los Estados Confederados. A las dos orillas de la carretera, desde Illinois hasta Luisiana, se suceden los ríos, los maizales, los campos de soja, de algodón, de cebada, trigo, arroz, caña de azúcar. Al atardecer, el cielo explota: durante el día hace acopio del bochorno y estalla con una rabia en otras latitudes desconocida. En los 2.000 kilómetros que llevamos quemados en este viaje se atraviesan siglos de historia: luchas, sangre, esclavitud, música, África. Y, sin embargo, los últimos cincuenta kilómetros resumen todo lo anterior.

Alton Sterling vendía discos en la entrada de una tiendita en Baton Rouge, Luisiana, donde el río Misisipi da sus últimos temblores. Alguien llamó a la policía porque Sterling, un tipo enorme, simpático y “buen chico” iba armado. La policía llegó, lo tiró al suelo y le perforó el corazón con seis tiros a quemarropa. En el vídeo que grabó el propietario de la tienda se ve bien.

Esta mañana de calor insoportable, Abdullah Muflahi me lo explica: cómo cinco minutos antes del asesinato, Alton entró a hablar con él. “¿De qué hablasteis?”, le pregunto. “Ya sabes: de cosas normales. Estuvimos bromeando”, me dice. “¿De chicas?”, le sugiero, “¿hablasteis?”. “También”,  admite medio sonriente. Después, cuando vio que Alton gritaba, salió y comenzó a grabar algo que dio la vuelta al mundo: su asesinato.

En el sur del país empezó todo: empezaron los esclavos a forjar un país a base de mano de obra en régimen feudal, empezaron a aullar de dolor y miedo para evadirse en algo que convirtieron en arte y, como nos recuerdan en Feel Like Going Home, el primero de los documentales que realizó Scorsese sobre el blues, dejarnos lo único que no pudieron quitar a los negros: su cultura. En el sur comenzaron a rebelarse, a levantarse, a quebrar las cadenas que los sometían. En el sur, donde las banderas confederadas sugieren demasiado, hace 40 días murió Alton Sterling.

Hay en el país todo un movimiento por los derechos de los afroamericanos, una literatura, una poesía, una música que impulsa los derechos civiles de una minoría que, en muchas ciudades importantes del sur, son mayoría: en Nueva Orleans, más de la mitad de la población es negra. Una inmensa minoría.

De Chicago a Nueva Orleans, tras el inmenso Misisipi que desgarra la tierra, el río que surcó Huckleberry Finn remueven molinos, alimentan cultivos y recuerdan, a cada rato, la historia aparcada en sus riberas.

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