Qué poco curioso es el hombre
que apenas ha buscado su misterio.
–Henry D. Thoreau
Hoy te fui a ver
y te he visto
y oído, y desvestido el aliento
de poniente,
donde todo empieza,
o acaba el resto.
Hoy te fui a ver
y hemos hablado
y hemos hablado
y rondado, y ladrado a las flores,
las arrugas, el tiempo y al agua
que limpia las fachadas
de varices, vientos,
nevadas.
nevadas.
Hoy te fui a ver
y la pared de plomo y piel
me guiñó que descansabas.
El sol dándonos la espalda
me guiñó que descansabas.
El sol dándonos la espalda
y me has visto
arañar el aire y el silencio
con espuelas de helechos
y manzanas.
Hoy nos hemos visto y
nos veremos:
cuando acabe agosto
y se vendimie el campo
–el poso de todo –
y escuchemos el deshielo
del cuerpo,
que siempre se está yendo.
que siempre se está yendo.
Hoy te fui a ver y me viste,
como un perro con pena,
aullar, ya ronco,
a tus huellas
de almíbar y arena.
aullar, ya ronco,
a tus huellas
de almíbar y arena.
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