7/7/10

Sensaciones palestinas (II)

A los casi 40 grados que hoy apretaban en la ciudad de Belén se le sumaban 5 ó 6 más si estabas dentro del coche. Y ahí era precisamente donde tuvimos que estar más de una hora, parados, esperando a pasar el check point para entrar en territorio israelí. Los soldados, jóvenes que hacen el servicio militar, tan sólo son marionetas manejadas por un sistema atroz que aburre cada vez a más gente. Por eso estaban allí fusil en mano y órdenes en la cabeza.

A tan solo 10 minutos de ese paso, se encuentra el campo de refugiados de Ayda. Es pequeño, unos 6.000 habitantes, y llevan desde la creación del Estado isrtaelí alejados de la dignidad. Hice alguna foto curiosa y dramática, porque aunque viven en casas construidas a partir de 1975, son los fondos de la cooperación inyectados los que les acercan agua, educación y algún trabajo. Se acercó un niño para regalarnos un palo con el que estaba jugando a modo de pistola.

Las impresiones que uno se lleva son esas, la de la precariedad de las vidas de la gente, la de la violación de derechos de un país bastante odioso. Pero no pierden la sonrisa ni bajo estas condiciones. En estas pequeñas reflexiones que hago no pretendo analizar el conflicto, porque no tengo la preparación para hacerlo. Eso requiere de un bagaje del que carezco. Por eso hablo de las cosas que uno ve, de lo obvio, de que Israel viola sistemáticamente los derechos, de que machaca al palestino. Si tanto defensor de este país se acercara por aquí y viera las barbaridades que se cometen... Objetivas, no subjetivas.

En estas tierras pedregosas, y más que nunca, se evidencia el veneno que inocula la religión. Y más a estas alturas de la vida resulta difícilmente imaginable como los fanáticos se agarran a su libro sagrado para hacer lo que les salga del alma. Cuando hace dos semanas los ultraortodoxos se manifestaban situando la Torá por encima del Estado civil por las cuestiones de educación en la mezcla de sus hijos, pusieron en jaque al país. A mi eso me da repugnancia. Como, por cierto, también me lo da que los israelíes tengan ocupadas las zonas de donde se extrae el agua en áreas palestinas para su beneficio. La ironía viene cuando los propios palestinos, a los que se les roba el agua, tienen que comprar su agua a la compañía ocupante. Es de coña.

Bueno, es tarde y me voy a dormir, En una hora el maldito Imán de la mezquita de enfrente del hotel empieza a llamar a la oración. Sus cánticos se me meten en la cabeza cuando medio duermo o dormito, depende de la hora a la que me acueste, y a veces lo confundo con una pesadilla. Es horrible cuando a las cuatro de la mañana piensas que el apocalípsis toma cuerpo en tu cabeza.
Durante los próximos dos meses y pico que andaré por el mundo intentaré contar este tipo de cosas. Ni tengo el interés de analizar cada trozo de realidad que piso ni podría hacerlo por ser tantas cosas. Pero así, de esta manera, acerco visiones y observaciones, tanto de este lugar como de los próximos países a visitar.

PDTA.: hoy estuvimos con un tipo palestino al cual el ejército israelí mató a su niña de 10 años. También pasó siete años en la cárcel por tirar piedras al ejército.
Ellos estaban con blindados.

Salud desde Ramallah.

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