28/10/10

Y al final...

Y es que al final, lo único que uno tiene
es la certeza de saber quién eres,
la breve melodía que contiene
la sospechosa sombra que confieres.

Al final, el estribillo (sostiene
un cuerpo restregado en mil fragores)
estalla como un trueno que contiene
el eco de cualquiera de los mares.

Cuando uno va quebrando lo acordado,
se desliza lejos, a otra casilla,
donde quizá se encuentre en algún resto.

Desde el principio, lo que ya ha empezado
es la rima soñada que mancilla
lo común, lo extendido, y su respeto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=d7rxSSjC-rc