22/11/10

Paréntesis

No respetan tu dolor silencioso
y en el murmuro de tu pesar aparecen
mis pesadillas.

Sabes que estoy escondido en la sombra
de mi fantasma y que a veces, cuando llora el cielo,
salgo a sentirme.
Esta noche truena y en el cielo aparecen cicatrices:
espejo de mi existencia, decálogo de mi concienca.

Ya van diez cafés y mi paciencia se tambalea.
A las dos te llamé, salió el contestador, y una voz quejumbrosa
me ha recordado que estás de vacaciones
de mí.
Otro café, ahora empañado de entusiasmo,
de una hilera que se esfuma por una línea casi crepuscular.
Saltan las horas de dos en dos, esquivan el tiempo puñal,
evitan el pálpito hiriente de un tiempo cercano y pesado.

Le robé el tiempo al reloj,
y las horas robaron mi tiempo.
Se desangra el cielo, agujero inevitable de la realidad,
síntomas irreverentes de un deseo.

Te llamaré a las ocho, con los primeros fulgores de tu consciencia.
Respeta mi luto, lo que dura una noche.

Despertaré temprano, quizá revise el buzón y recoja alguna noticia.
Cuando las horas taponen las fugas del firmamento,
y yo despierte;
cuando en las manos se estampe un trozo de realidad,
pretexto de vida, engaño furioso,
acusaré al futuro
de adelantarse en un sueño.

3 comentarios:

Víctor dijo...

¡Qué chula la fotoooo!
Me gusta el eufemismo de estar de vacaciones de alguien...

Silvia Gallego dijo...

¡ME ENCANTA! estilo "experiencia", sin etiquetas, muy TÚ y eso es maravilloso: buscar tu voz y hallarla.

Ya te diré de poéticas y cortes versales, el ritmo (muy bueno el recurso del reloj-café-tiempo)y las figuras... me voy al CONTENIDO: "espejo de mi existencia, decálogo de mi conciencia", "las horas robaron mi tiempo"... el final lo puliría

GRACIAS por compartir*

Hoba W. dijo...

Dios, qué envidia de imagen..