Yo te libé la
flor de la mejilla.
– Miguel Hernández
Bardo asomado
por la gris mirilla
que vigila mis
días desabridos
de héroes mancos
y demás forajidos
en mi próxima vida.
¡Oh maravilla!
si moldeas la
existencia: soy arcilla
y en tus manos
no hay héroes ni vencidos.
En campo de
batalla, solo heridos
con el alma
sabia y vieja, o sencilla.
¿No es lo mismo este
amor que se derrama
al romper los
deseos en mi orilla?
¿Está en ti o en
tu cuerpo el precipicio?
Por mis venas te
digo que no hay drama
pero te amo del alma a la mejilla:
en este mundo ese es mi único vicio.
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