El único remedio para el amor es amar más.
–Henry D. Thoreau, 25 de julio de 1839 en su diario.
No son los míos
sueños personales
que encumbran la
montaña equivocada;
no hay dioses ni
banderas en la entrada:
solo azar y el
naufragio en siete males.
No hay nostalgia
o antifaz de carnavales.
Si el espacio invisible
de la nada
aguarda entre la
pared y tu espada
yo fondeo en tus
sueños: dime cuáles.
Abusé de una
vida a fuego lento
e incursiones al
tiempo remendado;
la memoria y el pasado no es tormento
si vuelve con tu
amor huracanado.
Y si este cuerpo
no toma en ti asiento,
no importa,
porque el amor ya ha triunfado.
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