Rocinante era real, y esto es un sueño.
–José Hierro, en Don Quijote trasterrado
Pareciera que entraras por la puerta
susurrando, invisible, el pentagrama.
El aire silba notas, solo Brahma:
de la historia no leas la cubierta.
De todo exijo nada. Solo alerta
al instante y a las venas de quien ama
con la fuerza del trueno, cuando brama.
La sangre está en la vida a llama abierta.
Pareciera que andando por el filo
entrelazado del aire y el aliento
subo un poco –o una vida– a soltar hilo:
el vuelo, y sabe a todo, es alimento.
Y si temes el viaje, solo dilo,
y le arranco los átomos al viento.
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